Evaluación para el aprendizaje, Su foco está en la reflexión sobre lo que se va aprendiendo, el cotejo entre lo que se intenta y lo que se logra, la búsqueda de nuevos caminos para avanzar hacia los aprendizajes que se buscan., Evaluación del aprendizaje, Su foco es constatar el aprendizaje alcanzado y certificarlo públicamente, dar fe pública de cuáles son las capacidades logrados por cada estudiante.

MALAS PRÁCTICAS EVALUATIVAS

La evaluación formativa y la evaluación para la certificación suelen confundirse. Toda actividad y tarea es calificada. Las calificaciones no derivan de un análisis sistemático de los desempeños, sino de la suma y promedio de puntos de actividades diversas, agregando valoraciones subjetivas. En ausencia de descripciones claras del desempeño esperado, las calificaciones no certifican nada. Pese a su ambigüedad, son eje de las motivaciones de estudiantes y familias.

La enseñanza suele estar centrada en tareas simples y descontextualizadas, que no requieren usar el conocimiento en situaciones concretas, sino solo aprender rutinas. No hay actividades y metas de aprendizaje complejas, por lo que la evaluación formativa no fluye. Con aprendizajes mecánicos y memorísticos no caben devoluciones que propicien reflexión y autorregulación. Predomina la invocación al esfuerzo, el señalamiento de errores o del carácter correcto o incorrecto de la respuesta, y la calificación continua de pequeñas tareas.

ENLACE: COMPETENCIAS Y EVALUACION FORMATIVA

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